Si el deterioro de las vías es el sin sabor de los conductores, no lo es menos para los peatones el estado en que se encuentran algunos andenes, deteriorados, rotos, desnivelados y con huecos.
Los ciudadanos que diariamente caminan por la ciudad para realizar sus diligencias o hacer compras se encuentran no solo que los andenes se quedan pequeños para tanta gente que circula en el centro, sino que el deterioro y la falta de mantenimiento están acabando con ellos.
En el caso de las aceras que fueron construidas en adoquines, los huecos no faltan, los bloques desajustados, con saltos y rotos, representan una trampa mortal para un peatón que camine de afán o sin cuidado.
Son niños, jóvenes, adultos, ancianos, personas en condición de discapacidad las que transitan los andenes diariamente, algunos de ellos con problemas de movilidad que no les permite sortear los desniveles o los rotos que se evidencian en lugares como la cra. 6a. con calle 21 frente al Concejo de Pereira o en la cra 8a. con calle 24 en toda la esquina, entre muchos otros. Sin embargo, los adoquines no son el único problema para la movilidad del peatón, los andenes en cemento también se han deteriorado hasta el punto que quedan al nivel de la calle, reduciendo a veces el espacio para la movilidad del ciudadano.
Esperando un arreglo y una adecuación se encuentran por ejemplo, el andén del Hospital universitario San Jorge, por el lado donde entran las personas a hacer las visitas de sus parientes enfermos, donde los desniveles difícilmente son esquivados por los adultos mayores que necesitan de alguien que los guíe para no tropezar.
Los andenes hacen parte de la calle, por lo que cuando se habla de vías, no solo se debe pensar en la necesidad de los conductores de tener carreteras adecuadas, sino también de los ciudadanos de a pie, que esperan que los arreglos que adelanta la administración municipal en los corredores viales deteriorados, también se extiendan a las aceras que llevan años en el mismo estado.
