
La deficiente prestación del servicio de la salud es una de las quejas permanente de los ciudadanos que llegan a esperar hasta más de 5 horas para ser atendidos por un médico.
La larga espera para ser atendidos, las colas interminables por una autorización para tener acceso a las citas con especialistas o para poder realizarse unos exámenes, son algunas de las situaciones que llevan a los pereiranos a quejarse constantemente de la mala prestación del servicio de salud.
El servicio de urgencias que precisamente consiste en atender las emergencias en salud de los habitantes, es el más crítico de todos, la atención puede demorar más de seis horas, como lo denunció Sandra Sarria, de 26 años de edad, quien debido a un fuerte dolor abdominal debió amanecer en los pasillos de la Clínica Saludcoop donde se encuentra afiliada.
Al padecimiento se le suma la impotencia de los ciudadanos que a veces ni siquiera encuentran una silla libre donde esperar a que sean llamados por el personal médico, debido a que los enfermos que se acumulan en las salas exceden la capacidad de las mismas y no tienen otra salida que ser pacientes.
“Cuando uno viene a ver al médico normalmente es porque ya el dolor que uno tiene es insoportable, y es más terrible cuando uno viene a urgencias y se encuentra con cientos de personas que esperan para ser atendidos”, explicó Sarria, que decidió luego de seis horas de espera regresar a su casa sin ser vista por un médico y volver a la mañana siguiente con la esperanza que se pudiera agilizar la atención.
Las filas
Sin embargo esta es una de las tantas situaciones a la que se ven sometidos los ciudadanos, pues la lista de quejas continúa cuando se trata de pedir una autorización para realizarse un examen. Una larga fila obligada deben hacer los ciudadanos que no tienen otra opción que tomarse una buena parte de la mañana y faltar al trabajo para acceder al servicio. “He venido ya tres veces para conseguir un cupo para una ecografía que me mandaron y no ha sido posible. Yo vivo en el Parque Industrial y venir al centro y perder la venida es muy costoso para mi bolsillo, y hasta para mi salud”, explicó María Orfelina Manzo, una usuaria de 60 años de edad, para quien no ha sido fácil el acceso a un examen médico.
Especialistas
El acceso a los especialistas también se ve restringido no solo por la consabida fila para conseguir la autorización y demás vueltas que son necesarias para obtener una cita, sino también porque las mismas son programadas en los casos más extremos para un mes después, tiempo y fecha que pueden ser “eternos” para algunos padecimientos. "Cuando tengo que pedir una cita para un especialista vengo a eso de las siete de la mañana, porque si se llego más tarde la fila es imposible. Yo vivo en Santa Rosa de Cabal, pero todas las diligencias de salud las tengo que hacer en Pereira. A veces me ha tocado esperar más de un mes para recibir la atención”, aseguró Orlando Gallego, uno de los tantos ciudadanos que exigen al Estado cambios radicales en la prestación del servicio de salud.