Edwin Valencia de 18 años es un joven quien presuntamente utiliza su rostro angelical para robar a otros muchachos más jóvenes que él, sólo que el viernes no pudo lograr su cometido.

Los policías pensaron que era un menor de edad, sólo que cuando llamaron a la abuela ella se limitó a decirles que él ya era un mayor de edad y debía responder por sus propios actos. Luego de investigar el caso se pudo comprobar que el jóven era reincidente y ya había estado en varios hogares de paso por las mismas razones.
A pesar de que fue capturado en flagrancia, y que la fiscalía le imputó cargos de hurto calificado y agrabado, el jóven no aceptó cargos.