
Los responsables de adelantar esta misión fueron Hans Carmona Villada, neurocirujano funcional estereotáxico y director científico de Neurocentro y el doctor William Omar Contreras López.
“Actualmente podemos ofrecer a través de la Estimulación Cerebral Profunda, una oportunidad de mejoría para los casos psiquiátricos más severos, que no responden a opción terapéutica, específicamente en trastornos como la depresión mayor, la obesidad, anorexia, adicciones, trastorno obsesivo compulsivo, la hipersexualidad, trastornos de la memoria incluido el alzheimer, el coma, la epilepsia y la agresividad. Si bien no todo los pacientes mejoran, progresivamente crecen los reportes a nivel mundial de casos con respuestas satisfactorias”, precisó Carmona Villada.
Ambos profesionales colombianos formados en Freiburg, Alemania, además de contar con varios reconocimientos internacionales por investigaciones en torno al tema, comparten mutuamente una pasión profunda por servir al país con tecnología e innovación aplicada.
Este trabajo exige un trabajo multidisciplinario entre neurólogos, psiquiatras, neurofisiólogos, enfermeras, psicólogos, neurocirujanos, ingenieros y un comité de ética.
“La psicocirugía moderna aporta nuevas técnicas para el tratamiento de enfermedades mentales severas y trastornos del comportamiento que son refractarios al tratamiento medico”, explicó el doctor Contreras López, quien recientemente publicó un trabajo que relata 100 cirugías estereotáxicas en menores de 7 años.
¿Cómo se hizo?
Esto se logra modulando los circuitos cerebrales responsables por el comportamiento a través de una estimulación cerebral eléctrica continua, implantando bilateralmente un electrodo de nanotecnología de cuatro contactos en el núcleo hipotalámico posteromedial, conectando secuencialmente dichos electrodos a un generador de impulsos que funciona como un marcapasos cardiaco.
Se trata de la consolidación de un proyecto que se ha trabajado por años y que proyecta cambiar la vida de cientos de pacientes y sus familias, en este caso puntual, la agresividad.
La actitud
El menor tenía un trastorno de agresividad severo, comportamiento impulsado por el cerebro a través del cual respondía con violencia a ciertos factores de su entorno.
Dicha problemática había sido tratada mediante fármacos y terapia, pero no fue posible controlarla, razón por la que la familia acudió a Neurocentro para contemplar este tratamiento que está a la vanguardia de la medicina.