
A Julio César Gómez Franco, de 40 años de edad, no le bastó con que una familia le permitiera vivir en la sala de su vivienda, también tuvo que manosear en repetidas ocasiones una menor de edad de ese hogar para sentirse más en confianza.
Julio César, para el momento de los hechos, residía en la carrera 10 con calle 27 del barrio San Judas, de Dosquebradas; el espacio que ocupaba en la sala de la casa estaba contiguo a la habitación de la menor de 13 años, a quien en repetidas ocasiones se le metió en la cama para manosearla.
Un día la madre de la adolescente escuchó un sonido raro que salía desde el cuarto de la niña y de inmediato abrió la puerta para descubrir lo que estaba sucediendo, entonces vio al hombre sin ropa interior junto a su hija. A pesar de esto la menor le aseguró que no ocurrió nada, pero días después le confesó que en repetidas ocasiones el hombre la accedió.