Las declaraciones del director de Coldeportes, Jairo Clopatofsky, al expresar su inconformidad por el alquiler de los estadios de Colombia remodelados para el Mundial Sub-20, como el Hernán Ramírez Villegas de Pereira y el Pascual Guerrero de Cali para eventos no deportivos, desencadenaron una verdadera polémica que amenaza con ser un hecho de investigación por parte de la Procuraduría.

Marino Sánchez, director de la Corporación, aseguró que dentro del contrato de alquiler del estadio se dispuso una Póliza de Cumplimiento de Responsabilidad Civil, "la póliza cubre cualquier daño en la estructura del estadio, la silletería, las paredes, las llaves, los baños, todo, cualquier daño el empresario del evento deberá pagarlo". Hernández afirmó que los conciertos se llevarán a cabo utilizando sólo las graderías, "alrededor de la cancha habrá una cintilla de seguridad, además sólo estará abierta al público la parte oriental para evitar el uso de los palcos y las zonas VIP", dijo el director de la entidad deportiva, quien aseguró que las tarimas sólo se instalarán en la zona azul.
Según el informe de la Corporación Deportiva Centenario, mantener económicamente el estadio cuesta mensualmente entre $30 y $40 millones, "sólo este mes el recibo de la energía llegó por $10 millones". Marino Sánchez comunicó que el único ingreso que tiene el estadio para su manutención son los partidos del Deportivo Pereira, "el equipo paga $5 millones por cada partido, eso no alcanza y además el Deportivo Pereira no juega acá desde el 2009".
Por su parte el alcalde Israel Londoño, encargado de dar el visto bueno a las decisiones de la Corporación Deportiva Centenario, dijo que mantener el Hernán Ramírez Villegas en las condiciones mundialistas en las que quedó es muy costoso y hasta la fecha no se han conocido anuncios de Coldeportes sobre aportes para ese fin, lo que eventualmente obliga a la Corporación a generarlos por su propia cuenta.