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La sed invade al mundo-El Diario del Otún-Marzo 23-2012



El día 22 de marzo fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como Día Mundial del Agua, y se celebra anualmente desde 1993.

En esta oportunidad la celebración del 2012 está orientada a llamar la atención internacional sobre la alimentación y su relación con el agua.

El lema con el que la ONU ha venido trabajando es "Agua y seguridad alimentaria" y expresa dos conceptos estrechamente relacionados cuyas deficiencias están generado graves crisis en amplias y cada vez más numerosas zonas del mundo.

Según la ONU, "existe seguridad alimentaria cuando cualquier persona puede satisfacer sus necesidades dietéticas para poder tener una vida activa y sana; y el agua es uno de los factores fundamentales para la producción de los alimentos".

Cada día que pasa, el cambio climático trae graves consecuencias en la disponibilidad de agua para producir alimentos y en la productividad de los cultivos, según advierte un informe de la FAO durante las próximas décadas la situación puede tornarse crítica.


Casi el 50% de la población de los países en desarrollo -2.500 millones de personas- carecen de instalaciones mejoradas de saneamiento, y más de 884 millones todavía utilizan fuentes de agua no aptas para el consumo (la población total de América es de 930 millones de habitantes. Cada 20 segundos muere un niño por carecer de agua potable y de instalaciones básicas de saneamiento.

Hoy en día hay 7000 millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2000 millones para el año 2050. Las estadísticas indican que todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin embargo, la mayor parte del agua que 'bebemos' está incorporada en los alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo, consume 15.000 litros de agua, y 1 kilo de trigo se 'bebe' 1500 litros.

Cuando mil millones de personas en el mundo ya viven en condiciones de hambre crónica y los recursos hídricos sufren presiones, no se puede hacer como si el problema estuviera 'en otra parte'.

Afrontar el crecimiento de la población y garantizar el acceso a alimentos nutritivos para todos exige una serie de medidas a las que todos podemos contribuir con lo siguiente:

Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua; reducir el escandaloso desperdicio de alimentos; las cifras indican que nunca se consume el 30 % de los alimentos producidos en todo el mundo y el agua utilizada para producirlos se pierde definitivamente; producir más alimentos, de mejor calidad, con menos agua; llevar una alimentación saludable.

En todas las etapas de la cadena de suministro, desde los productores hasta los consumidores, es posible tomar medidas para ahorrar agua y asegurar que haya alimentos para todos.
Del total del agua en el planeta sólo el 2,5 % es agua dulce disponible para el consumo humano. Dados los crecientes niveles de contaminación, es cada vez de menor calidad. El consumo aumenta por el crecimiento poblacional y por los crecientes patrones de consumo.

Escasez de agua
• Este factor es impulsado en parte por la previsible evolución demográfica, así como por las tendencias climáticas que son menos predecibles. La demanda de agua ha crecido durante los últimos dos años, y como era de esperarse, el impacto de este riesgo aumentará en los próximos años. Este riesgo además va a fomentar un cambio en las prácticas comerciales de los acueductos. La escasez de agua va a estar vinculada a la idea del desempeño ambiental, y las compañías de servicios públicos tendrán que cambiarse a un modelo en el que preserven y administren las fuentes naturales de este recurso, haciéndolas sostenibles en el proceso. Un factor clave de este riesgo es la falta de voluntad de la población para asumir mayor responsabilidad y ser más conscientes con el medio ambiente. Esto no es exclusivo al agua potable, que es sólo una pequeña porción del uso total de agua, sino también hace referencia al uso de aguas industriales y agrícolas.

• El agua como un "derecho humano".
Muchos países en desarrollo tienen enormes necesidades de mejorar sus fuentes de agua, pero muy pocos tienen fondos para esto. Las empresas de servicios públicos tienden a vender el agua relacionada con los servicios en estos países. Debido a que los rendimientos financieros para prestar estos servicios son tan pequeños, el principal beneficio para los servicios públicos está al servicio de los objetivos de sostenibilidad y de la Responsabilidad Social Empresarial.

El agua crece como un derecho humano, y esto puede impulsar la financiación internacional para el desarrollo del agua, sobre todo por la elevada escasez de agua a nivel mundial, y también puede reducir la tendencia de que el desarrollo de una infraestructura adecuada, depende del desarrollo económico de cada país.