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Cruel víctima de la mafia Yakuza- El Diario del Otún-Marzo 14-2012


Con la expectativa de convertirse en bailarina, esta pereirana de 31 años llegó a Tokio (Japón) donde fue prostituida por una de las organizaciones criminales más grandes y temibles del mundo, la mafia Yakuza. Una vez en Colombia, 8 años después de lo que ella denomina un calvario, recopiló en dos libros y tras varias jornadas de terapia psicológica su experiencia. Hoy trabaja con la Naciones Unidas contando su historia y llevando un mensaje de prevención a las jóvenes colombianas.  



¿Cómo fue a parar a Japón?
-Tenía en ese momento una hija de tres años que estaba enferma de asma, fue hospitalizada y estuvo en cuidados intensivos por dos semanas. Trabajaba en un almacén de cadena como mercaderista y en una discoteca como bailarina donde hacíamos coreografías y todo el tema folclórico. Allí recibí las ofertas. 



¿Qué tipo de ofertas?
- Como era bailarina me dijeron que podía ir a bailar y que si hacía lo mismo podía ganar mucho dinero en el exterior, pero no me dijeron en qué lugar ni en qué país. Les dije que no me interesaba porque estaba estable con mis dos trabajos, pero tomé los datos y desgraciadamente cuando mi hija se enfermó, los busqué y contacté a estas personas quienes me aseguraron que me iban a proporcionar todos los gastos del viaje. Además me preguntaron la razón por la que me quería ir y yo les comenté que por mi hija. En esa época debía $1 millón en el Hospital San Jorge de Pereira y como no me dejaban sacar la niña del hospital porque tenía la deuda que se seguía acumulando, desesperada llamé a este señor. Él me puso $1 millón sobre la mesa, me pagó el hospital, tres meses de arriendo, el mercado y lloré de felicidad, pensé que habían llegado los ángeles a mi vida y ahí fue donde empezó mi calvario.
 


¿Él se la llevó?
- No, él me sacó un pasaporte, siempre fue el que me llamó uno nunca sabe ellos dónde están y qué movimientos hacen. Me dijo que no le comentara a nadie, ni a mi mamá, ni a mis amigos porque les podría dar celos y me "dañaban la suerte", y yo de ingenua pensé que de pronto llegaba otra mujer y me quitaba la oportunidad y necesitaba salir adelante. Le hice caso y no le dije nada a mi mamá. En tres días me llamó a las 5:00 a. m. me recogió a las 7:00 a. m. fuimos a sacar el pasaporte y me dijo que me llamaba en tres días para que nos fuéramos, le pregunté qué tenía que hacer y me explicó que cuando llegara allá le pagaba el tiquete y los gastos que me prestó aquí y según él, la deuda no era muy grande. 



¿Así de fácil?
- Honestamente yo era de un barrio popular, venía de una familia ignorante, mi mamá no tenía educación, ella a lo mejor ni sabía y si sabía esos temas ella no los tocaba. No habla de sexo porque es un tabú. Todo el proceso del viaje se demoró una semana. Me recogió, llegamos a Bogotá, allá me entregó el pasaporte, $2000 dólares y el tiquete y ahí me enteré que mi destino era Tokio, así, sin anestesia. Yo quedé en shock, tenía una mezcla de sentimientos extraños: alegría, emoción, tristeza, miedo... yo nunca había montado en avión. 



¿Qué pasó después?
- En Narita me estaba esperando una mujer de Medellín muy querida, me dijo "tranquila que aquí vas a salir adelante". Me alegré y le di gracias a Dios por haber dado con gente buena. Ella me envió a descansar y yo me acosté a dormir. A las cuatro horas, más o menos, me comenzó a golpear con el pie y me gritó, "levántese que usted vino aquí fue a putear, aquí no vino de vacaciones". Esta mujer se convirtió en un monstruo, en otra persona. Yo ni sabía cuántas horas había viajado, creo que dos días, estaba muy cansada, antes lo máximo que había viajado era de Pereira a Armenia y en bus.  Estar en esa situación es algo que uno no puede explicar y que desgraciadamente sigue pasando. A mí me pasó hace 12 años, pero le sigue pasando a las niñas de los barrios marginales, sin educación, sin orientación... Ella cogía el pasaporte y me decía "esto es mío y usted es de mi propiedad y hasta que usted no me pague va a hacer lo que yo digo".  



¿Usted no sospechaba nada?
- No yo era completamente inocente, el señor que me contactó me dijo que yo iba a ser muy famosa, que iba a conseguir dinero para mantener a mi familia. A mi mamá le dije que me iba para Bogotá a conseguir trabajo y no la volví a llamar hasta los 6 meses.
 


¿Qué le recomienda a las mujeres que puedan ser presa fácil de estos delincuentes?
- En mis conferencias hablo de cómo fui raptada durante 18 meses, cuáles fueron las modalidades de prostitución que yo viví, que fueron de lo más denigrante que uno pueda vivir en el mundo de la prostitución, yo trabajé en la calle, teatro y salón de masajes...es lo peor. A los asistentes  les hablo claro para que no crean en el viaje de sus sueños porque no va a ser así, consulten con sus padres y a los padres les digo que ellos a veces presionan a los jóvenes que ya salieron del colegio para que consigan trabajo, aconsejo que les tengan más paciencia a sus hijos. Si no confían en sus padres hablen con otra persona de su confianza, como los profesores o amigos. Si hay un voz a voz se puede evitar que esto siga en aumento. Al final ellas salen llorando, me abrazan y me dicen que prefieren vender arepas, empanadas, o hacer otra cosa.



¿Durante sus charlas se han detectado casos?
A raíz de las charlas se han iniciado varia investigaciones, siempre donde vamos aparecen casos. Incluso hay alguien que está comprando niñas por $5 y $10 millones entre los 9 y 12 años por su virginidad. 
 


¿Cómo le ha ido con la campaña Corazón Azul?
- La idea es que la gente apoye la causa, queremos que la gente se concientice y que eviten el tráfico de personas así como decirle a los hombres que no le paguen a las mujeres por sexo. También las prepago y la prostitución existen porque existen clientes. La trata de personas es la esclavitud del siglo XXI y cualquiera es vulnerable, de clase baja, media, media alta. Ahora con los realities se presta mucho que le digan a una muchacha que le van a hacer una audición y la raptan. 



¿Y con sus libros?
- Muy bien. El primero "Atrapada por la Mafia Yakuza", va por la tercera edición. Fue el mejor en ventas. Luego nació el que ahora estoy promocionando "Lo que fui y lo que soy", que cuenta lo que pasa antes del tráfico humano y lo que pasa cuando se le cierran las puertas a un adolescente o a una mujer, ya tiene una segunda edición. 
 


¿Cómo hizo para salir de eso?
- Yo me escapé, un cliente me ayudó. Él no me creía que me habían engañado, que me habían quitado el pasaporte, me decía que era imposible y muchos de los japoneses no creen que uno está allá engañado, creen que uno va por voluntad propia. Tanto le dije y le dije que un día me ayudó a entrar a un Mc Donalds a comprar comida, allí me puse una peluca roja, gafas, sombrero, chaqueta y salí, ¡cómo de película! El me esperó en la estación del tren y me llevó a la embajada colombiana donde hicieron todo el proceso de deportación. 



¿Qué le dice su hija mayor?
- Mi hija mayor que estudia medicina espera trabajar para mi fundación, pero ella dice que aún no se siente capaz de leer ninguno de mis libros. Sabe lo que me pasó pero no está preparada para conocer los detalles de la historia. Ella maduró conmigo a la fuerza.



¿Cómo terminó trabajando con la ONU?
- Carlos Andrés Pérez, director del programa de tráfico humano de Naciones Unidas me llamó y me dijo que leyó los libros y que estaba impactado con mi trabajo y lo que estaba haciendo. Me dijo que viniera  a Colombia y que creáramos una alianza y un convenio escrito para que la ONU apoyara la fundación y hacer la campaña a nivel nacional. Estamos trabajando con la Fundación Marcela Loaiza y la campaña Corazón Azul. 
Durante las conferencias que son totalmente gratuitas se les da a las asistentes los números a donde pueden llamar si son víctimas, si se escaparon y temen por sus vidas o si les han hecho la propuesta de irse. 
Aún las mujeres que saben que viajan para prostituirse no saben el calvario que les espera...