No solamente porque los símbolos patrios empiecen a verse en cada esquina, sino porque también los almacenes de electrodomésticos, restaurantes y clubes se ven beneficiados.
Este fenómeno se debe a que los ciudadanos quieren tener un televisor más grande o con mayor definición, unos muebles cómodos para ver a la selección desde la casa o simplemente ir a su club o restaurante favorito para vivir la copa.
“Es y será el comercio transversal a todas las actividades de las vías sociales, especialmente, en este caso, el deporte. Como se puede ver, las ciudad se empieza a recrear en la venta de camisetas de los equipos, en los almacenes de deportes, en la venta de los electrodomésticos a medida que va cogiendo más clima la Copa América, consumo de alimentos, bebidas y licores”, dijo Germán Calle Zuluaga, presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio y el Comité Intergremial.
En Pereira, como en todas las ciudades capitales, el comercio formal y no formal se ven enfrentados. Los primeros porque sus ventas descienden al haber réplicas de la ropa y accesorios originales de la selección en las calles, y los segundos porque su trabajo es limitado por la fuerza pública.
Sin embargo, cuando de fútbol se trata, todos ganan. Las ventas suben hasta para el que solamente vende las vuvuzelas en las esquinas o los pequeños detalles que engalanan la fiesta deportiva.
