
A pesar de que ayer el delegado del Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, Carlos Sin, manifestó ante la Asamblea departamental que los inconvenientes que registra el colegio Hugo Ángel Jaramillo no representan peligro alguno para la comunidad estudiantil, El Diario del Otún pudo constatar que la situación es completamente diferente y que de no prestarle la debida atención, se podría estar lamentando una tragedia que todos han anunciado.
En nuestro recorrido realizado ayer constatamos que hay muros que se mueven constantemente y que amenazan con desplomarse en cualquier momento.
Faltan canchas
Puente
La institución fue construida sin una vía de acceso adecuada, y solo existe un puente, el cual cuando se presentan fuertes lluvias, se reboza por lo que los docentes tienen que dejar a los estudiantes dentro del plantel, para que la corriente no se lleve a algún alumno.
Quebrada
Según manifiestan algunos estudiantes, el afluente ha cambiado su curso y se ha trasladado unos cuantos metros y cada vez pasa más cerca de la institución educativa.
Sin embargo el delegado del Fonade señaló que esto no representaba un problema para el colegio ya que la quebrada no generaría ningún daño a la estructura.
Pero el afluente ya se llevó un pedazo del terreno de la institución y las directivas se vieron forzadas a cerrar dicho sector para evitar el peligro.
Otro de los problemas estructurales graves se observa en el tanque de almacenamiento de agua con el que cuenta la institución, ya que debido a las lluvias las directivas se vieron obligadas a colocar plásticos con el fin de evitar un posible deslizamiento en el cual se vean afectados los estudiantes.
Hasta los mismos alumnos manifiestan que prefieren no jugar cerca al tanque, ya que cada vez se puede observar cómo la tierra va cayendo de la montaña y amenaza seriamente con derrumbar la estructura.
Estudiantes
La institución ubicada en el sector de Málaga cuenta con una población estudiantil de 1130 alumnos y alrededor de 70 personas entre directivos y docentes, y todos los entrevistados aseguraron sentirse en peligro por las constantes fallas.
Los alumnos se preguntan cuándo les arreglarán el colegio para poder estudiar sin preocupaciones.