
Debido a los incidentes ocurridos el fin de semana anterior en el barrio Otún en los que resultó herida una niña de 13 años de edad, la comunidad ha manifestado su temor y la visible inseguridad a la que se encuentran expuestos.
La voz generalizada es que ya no se pueden asomar a las ventanas y mucho menos dormir con tranquilidad porque después de las 8:00 p. m. toda la sociedad teme por un enfrentamiento entre las bandas del barrio contra sus vecinos de El Balso.
Con respecto a esta situación la población expresó que es una problemática que los viene afectando desde inicio del año, con enfrentamientos aislados cada dos o tres semanas.
Sin embargo, en los últimos días el tema tuvo un giro determinante, llegando al punto de lo vivido el sábado anterior.
Las versiones indican que el enfrentamiento empezó cerca a la media noche y se extendió hasta las primeras horas de la madrugada del domingo, contando con recesos entre 15 y 20 minutos en las diferentes balaceras.
Según los vecinos, el recrudecimiento de este fenómeno se debe a las peleas territoriales entre pandillas juveniles existentes en los barrios.
Autoridades
Ante esta situación los habitantes del barrio indican que la presencia de las autoridades ha sido muy poca y no han recibido la seguridad ni el respaldo suficiente para tratar de solucionar este problema.
Frente al hecho registrado el fin de semana pasado, argumentan que hubo presencia de la Policía, pero los jóvenes los intimidaron con piedras y disparos por lo que se vieron obligados a huir del lugar.
Por esta razón los vecinos aseguran sentirse vulnerables y desprotegidos ante un nuevo conflicto armado que los involucre, pues según ellos, son quienes terminan pagando la peor parte.
Fachadas

El continuo cruce de disparos ha generado otro problema para los residentes del sector, el daño en las fachadas, puertas y ventanas de sus casas. Afirman que nadie les responde por esta situación y son ellos quienes deben asumir los gastos que impliquen la reparación de sus viviendas.
Llamado
La comunidad hace un llamado de alerta a las autoridades competentes, pues como bien lo indican, no quieren seguir viviendo con el temor y la incertidumbre de salir a la calle y convertirse en víctimas inocentes de un problema en el que no tienen nada que ver.
Requieren que se tomen las medidas necesarias para acabar definitivamente con el tema que los viene afectando hace ya mucho tiempo y que en años anteriores obligó a la militarización del lugar debido a los enfrentamientos que cobraron la vida de algunos jóvenes y vecinos.