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Trámites con la Eps tienen en vilo su salud-El Diario del Otún-Marzo 12-2012



Mientras que la Eps a la que está afiliada le asigna una consulta con el nutricionista, Yolanda Montenegro de Portillo no ha tenido más remedio que esperar, al tiempo que soporta fuertes dolores y la incapacidad de movilizarse debido a una hernia ventral alrededor del ombligo y sobre el estómago que casi le llega a las rodillas.  

"Por mi estado de salud un señor decidió ayudarme y me inscribió como beneficiaria, me cambió de EPS, puesto que en el Hospital San Jorge no me atendían. En esta EPS llevo esperando que me den una cita con el especialista en nutrición hace más de 3 meses para poder ser operada, cada mes me decían que la agenda estaba llena, y así llegó diciembre cuando el cotizante se quedó sin empleo y hoy llevo dos meses sin ser atendida a falta de pagar la cuota del seguro, pues cuando la pagaba no me atendieron y ahora no me atienden por falta de pago", comentó.

Hace dos semanas Montenegro del Portillo, de 54 años,  ganó una tutela que le garantiza su derecho a la vida, un trato digno y a ser atendida por un especialista, sin embargo la ciudadana oriunda de Pasto, se presentó a la clínica donde fue examinada, según ella, por una nutricionista quien le dio  finalmente la orden para conseguir una cita que fue programada en otros dos meses, "como siempre pasa, me dijo que debo hacerme todos los exámenes otra vez, porque los que ya tengo están desactualizados", afirmó.

Montenegro del Portillo padece un problema de tiroides  que con la falta de atención han deteriorado seriamente su salud, “desde agosto de 2010 me he complicado tanto que he llegado al punto de defecar por la boca, he pasado por diferentes centros hospitalarios y hasta EPS y solo en noviembre de 2010 accedieron ha realizarme una cirugía porque se me reventó la apéndice y tenía una grave peritonitis”, expresó Montenegro del Portillo, quien asegura que su hijo en medio de la tragedia que estaba viviendo, se alegró porque creyó que con la peritonitis sí iba a ser tratada de su enfermedad.

Luego de dicha intervención quirúrgica, Viviana Salazar, sobrina de la paciente se ha hecho cargo de ella en el barrio Rocío Bajo, ambas esperaban que la cicatríz sanara correctamente y que solo necesitara un tratamiento nutricional para manejar su problema de sobrepeso.

Desafortunadamente la hernia no desapareció y esta ha ido creciendo con el tiempo, a tal punto que le impide caminar normalmente. La herida se está abriendo y la infección continúa sin recibir ninguna atención médica, ni tratamientos que puedan mejorar su calidad de vida.