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Estructuras entre el olvido y el abandono- El Diario dl Otn-Novire -2011

Nada del otro mundo parecen ser las edificaciones abandonadas y los terrenos baldíos que existen en medio de la ciudad, pero estos sitios  vistos de cerca constantemente están invocando recuerdos de una Pereira que una y otra vez ha tenido que empezar de nuevo, contando historias de una ciudad de la que aparentemente no dan cuenta las administraciones municipales, acumulando basuras, refugiando habitantes de la calle, sirviendo de madriguera para los delincuentes y hablándonos de contradicciones,  olvidos y abandono.


Así sobreviven estructuras  como las que se ven en la Avenida de las Américas, a la altura del Diagnosticentro, donde antiguamente se intentó construir la sede de la malograda EPS Risaralda, un lugar iba a estar  destinado al cuidado y a la atención de usuarios de la salud y ahora solo son ruinas sostenidas por unas firmes columnas que soportan el paso de los años y las enredaderas, un lugar utilizado para botar escombros y cuidar caballos.


Casi parecido fue el destino del edificio ubicado en la calle 14, detrás del nuevo Centro Comercial Uniplex,  desecho primero por un terremoto, luego por el tiempo, aunque sus columnas permanecen fuertes, no es ni la huella de lo que algún día fue, en las noches sirve de refugio de habitantes de la calle, los que han encontrado un hogar en los sitios olvidados de la ciudad. Se encuentra en venta, pero esta estructura vieja parece no ser atractiva para nadie.


Otro lugar, de los muchos que pueden existir así, es el antiguo centro comercial ubicado en el sector La Isla, de Cuba, un sitio reconocido por ser el paso obligado de las personas que se dirigen a algún barrio del sector, su  historia no fue otra que la soledad, comenzó a quedarse solo hasta terminar abandonado, luego de muchos años de permanecer así se proyecta hoy la construcción de un nuevo centro comercial, una nueva oportunidad al espacio que fue sinónimo de descuido.


Si nos adentráramos más, encontraríamos historias parecidas, en el barrio Santander, en la comuna Oriente, frente a Bavaria, hay otro lugar, el antiguo Torino, en lo que quedó de su estructura habitan los desprotegidos, los que no dejan pasar de largo un sitio que sirva de techo. Allí han logrado establecerse y acomodarse a manera de albergue visible  para todos los que transitan, porque esta es una realidad que no se esconde, pero es ignorada.


Es así como la huella de los años ha caído en estas estructuras que algún día fueron centros comerciales, sedes de EPS, edificios, como muestra de un pasado marchito que  permanece, que no ha sido capaz de superarse. Otra parte de esta realidad que en ocasiones atemoriza a la ciudadanía, son los terrenos baldíos que existen en el centro  de la ciudad  que intentan esconderse en muros de 2,20 metros como lo reza el Acuerdo Municipal, muros golpeados por la indiferencia.


Rastros de historias, estructuras que dejaron de ser lugares habitados, y ciudadanos que nunca imaginaron terminarían siendo el refugio o el escondite de otra verdad social, la de los habitantes de la calle que en su desolado andar han encontrado sus hogares en estos espacios que esperan por sus dueños, mientras los pereiranos cosechan el temor de que estos aparentemente terrenos baldíos y estructuras abandonadas se prestan para el consumo de sustancias psicoactivas o su expendio, actos delictivos y reproducción de más problemas sociales, preguntándose dónde estas las autoridades municipales.


Sin embargo la realidad es mucho más compleja en estos casos, así lo hizo saber el director operativo de Control Físico, Ernesto Castaño Eastman quien confesó que no se puede hacer nada, los terrenos baldíos y estructuras abandonadas en la mayoría de los casos son predios privados y no hay normatividad que legisle al respecto, por tanto el municipio no puede intervenir directamente, excepto cuando  estas estructuras  representan peligro para la vida humana, es decir, estén a punto de colisionar, son los dueños los únicos que pueden disponer de estos sitios.


El funcionario además explicó  que existen casos difíciles como el de “la manzana ubicada en la calle 21 con 12, todo lo que había allí construido fue destruido por los terremotos, es una zona en la que no se puede edificar nada, está protegida porque  allí pasa la quebrada Egoyá y está ubicada  sobre  una falla geológica. En este caso el municipio  proyectó un plan parcial para esa zona, un sendero ecológico”. De esta manera Pereira seguirá hablándonos de olvido y abandono hasta que aparezca un dueño o un plan parcial del municipio y cambien este terrible paisaje que asusta a los ciudadanos.