Desde hace 5 años la parroquia San Antonio María Claret realiza actividades en pro de un tratamiento digno para los desamparados en Pereira. Dos veces al año, 60 personas voluntarias, esperan que más de 200 habitantes de la calle, acudan a la parroquia San Antonio María Claret con el fin de ser beneficiados por la jornada especial de higiene y salud.
Imelda Jiménez, una de las integrantes de la pastoral social expresó la importancia del proyecto para la comunidad de El Lago “La Universidad Andina se vinculó con la vacunación de influenza y tétano, una importante escuela de peluquería, con los cortes de cabello y las afeitadas, ellos se bañan y les damos ropa limpia para que se cambien”.“Cada ocho días les ofrecemos un almuerzo en donde los tratamos como personas dignas, puesto que se sientan al comedor, se les sirve a la mesa, con manteles, les cobramos una cifra simbólica para que ellos entiendan que todo cuesta y que lo aprendan a valorar”, informó Imelda Jiménez refiriéndose a la labor que desarrolla el grupo de voluntarios durante todo el año.
Cuando el proyecto inició hace 5 años, la situación de seguridad era compleja porque la mayoría de beneficiados se presentaban bajo la influencia de alcohol o alguna sustancia psicoactiva, “venían drogados, borrachos, agresivos. En este momento ellos han mejorado mucho, les damos catequesis y relaciones humanas. La mayoría que trabajamos en esta labor, somos mujeres y no tenemos problemas graves con ellos”. La pastoral social, apoyada en la parroquia, aporta semanalmente algo del dinero utilizado en la alimentación de los habitantes de la calle, cada sábado, “al grupo que le corresponde el sábado le damos un aporte de 100 mil pesos, un almuerzo de estos cuesta 200 mil, entonces los recursos cada grupo los va subsidiando pidiendo a otras personas".
