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Pereira-Las victimas de Villa Santana - El Diario del Otún - Abril 16 2011

Diversas historias de vida pero todas unidas por un mismo dolor, es la situación que por estos días están viviendo las cinco familias que perdieron sus seres queridos en el trágico accidente registrado a las 6:00 de la tarde del jueves en el barrio San Vicente bajo, de Villa Santana, ocasionado por un camabaja que trasportaba un buldózer y que por una razón desconocida se fue contra dos asaderos, una  agencia de chance, una zapatería y un supermercado.


Con profundo dolor las familias reconocen que la muerte de las cinco personas de las cuales estuvieron involucrados dos menores de edad, fue una mala jugada del destino ya que aunque algunos trabajaban en ese sector, otros simplemente pasaban por el lugar, como es el caso del menor Samuel Labado Almanza, Javier Vera Yate y María Lucy Cárdenas.


Las historias
Horas antes de su muerte se sintió indispuesta. María Fernanda Puerta Jaramillo, de 29 años, laboraba hace 3 años en Apostar y hace 20 días estaba en el puesto donde murió. En los últimos días cumplía con el turno de 12:00 del día a 10:00 de la noche, vivía en el barrio El Remanso de la capital risaraldense con su esposo y dos hijos de 4 y 7 años de edad.

La última vez que su pareja la vio fue en la tarde del fatal día, cuando pasó en el bus urbano para su casa y la alcanzó a observar en su lugar de trabajo.

“Al llegar la noche me comuniqué por celular con ella y me expresó que se sentía indispuesta y un poco cansada, por ello me pidió el favor que le preparara la cama a los niños y que le dejara leche servida para que cuando llegara se pudiera tomar un medicamento”, expresó con profundo dolor y tristeza Mario, su esposo.

Al ser informado de lo sucedido, Mario se trasladó hasta el lugar de los hechos y no descansó hasta que logró entrar al lugar del desastre para corroborar que su gran amor había muerto.



Llamó a su hija minutos antes de la tragedia. María Lucy Cárdenas Valencia, de 61 años, vivía a unas pocas cuadras de la catástrofe y minutos antes de quedar atrapada entre los escombros llamó a su hija y le dijo que iba a ir a visitarla, pero que antes haría el chance.



“Al escuchar el estruendo y observar que los vecinos corrían hacia el lugar para saber qué había pasado, con ansias esperé que mi madre llegara, sin embargo los minutos fueron pasando y ella no aparecía, situación que me llevó a llegar hasta el minimercado y aunque no creía que mi progenitora era una de las víctimas, por cosas del destino lo confirmé”, expresó Gloria Restrepo.

Laboraba en un asadero de pollos. Luisa Fernanda Puerta, de 14 años, colaboraba en el establecimiento comercial y era la hija de un reconocido comerciante, quien es el propietario del minimercado.

Al escuchar el estruendo los familiares de la menor llegaron al lugar y ante de que hicieran presencia los organismos de socorro que trataron de mover los escombros para sacarla, pero por desgracia los deseos de encontrarla con vida se fueron diluyendo al encontrar los cadáveres.

Le estaba haciendo un favor a una vecina. Samuel Labado Almanza, a sus 7 años de edad, era conocido en el barrio San Vicente bajo por ser un niño inteligente y muy servicial, tanto así que en el momento que encontró la muerte le estaba haciendo un mandado  a su vecina. 
“A las 6:00 de la tarde mi hijo me dijo que si le daba permiso de ir al Apostar a realizarle una recarga a su vecina, yo lo autoricé y segundos después fue que se registró el caos, de inmediato grité ¡Mi hijo, mi hijo!”, narró con lágrimas en su rostro Gloria, madre del menor. 


En entrevista con El Diario del Otún expresó que al tener un mal presentimiento corrió desesperada y lamentablemente lo encontró debajo del mostrador de la empresa de chance. A Samuel le gustaba el fútbol y le encantaba escuchar música cristiana, era el menor de cinco hermanos y cursaba primer grado.
No hizo lo que siempre acostumbraba. Javier Vera Yate, de 45 años de edad, trabajaba en la Plaza de Mercado de Pereira, ya que tenía un puesto de frutas. Su costumbre era que cuando llegaba al barrio donde vivía dejaba sus pertenencias en su hogar y salía para el minimercado a comprar lo que necesitaba, sin embargo en la tarde de ayer cambió su rutina se bajó del bus e ingresó al establecimiento y se lo llevó la camabaja por delante.

Tenía cinco hijos, nació en el departamento del Tolima pero hace muchos años vivía en la ciudad.