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"La facturación electrónica se nos vino encima": Claudia Camargo - El Diario Del Otùn - Mayo 15 2018 - www.ciudadpereira.com



En el 2019 alrededor de 450.000 empresas deberán tener adoptado el sistema de facturación electrónica, las cuales se reportarán en forma permanente a la DIAN. Este año, desde septiembre, esta medida regirá para las 4900 grandes empresas, aunque el proceso ha avanzado muy lentamente, al punto que solo 500 de ellas lo han hecho.

Para conocer la tendencia respecto a la opinión y las perspectivas de los empresarios colombianos acerca de las ventajas, desventajas y en general de su conocimiento sobre el tema de la facturación electrónica, la firma de consultoría BDO, realizó un sondeo para conocer qué piensan los empresarios al respecto. En general, las compañías colombianas consideran que la medida si les reportará beneficios a sus compañías, explicó Claudia Camargo, directora de Impuestos de BDO.
 
¿Hasta ahora cómo va la aplicación de esta medida?
En lo que encontramos es que aún hay desconocimiento, incluso nos acercamos a clientes que no tenían ni idea, que habían escuchado que se viene la facturación electrónica pero no sabían ni como funciona ni cuando inicia. Yo creo que todavía hay desconocimiento en relación con el tema.
 
¿En concreto, qué es la factura electrónica?
La facturación electrónica es el sistema mediante el cual las compañías van a seguir haciendo sus negocios, van a emitir sus facturas y a hacer un envío y recibo de facturas a través de portales digitales o tecnológicos. Vamos a empezar a ver que se elimina el papel y aunque la factura en sí no cambia, porque ésta se seguirá haciendo como era usual, la diferencia es que la comunicación va a ser a través de e-mails o a través de portales tecnológicos.
 
¿A partir de cuando entra a regir este sistema?
Para la mayoría de las compañías, el 1o. de enero del 2019. Sinembargo hay un grupo importante que son las grandes compañías, las cuales la DIAN cataloga como grandes contribuyentes, que deben iniciar con el sistema el 1o. de septiembre de 2018. Estamos muy cerca de la vigencia de la norma y nosotros hemos querido mover mucho el mercado, porque la experiencia ha sido que un proceso de implementación de facturación electrónica en una compañía puede demorarse de dos a tres meses.
 
¿Qué cambios implica esto para las empresas?
Las compañías deben cambiar muchos aspectos. En la parte financiera y administrativa porque las empresas vienen acostumbradas a que sus facturas las reciben en papel, tienen un equipo que las radica, otro que las contabiliza, otro que las elabora. A nivel administrativo, la compañía tendrá ahora un software que emite las facturas y otro que lee las facturas que reciba de sus proveedores, lo que implica un cambio tecnológico y en la definición de sus actividades al interior de los departamentos financieros.
 
¿Cómo puede una empresa ingresar a esta nueva modalidad?
Se puede hacer de tres maneras. Una, que las compañías desarrollen su propio software, cosa que sólo ocurre en las grandes empresas; dos, que se contrate un proveedor tecnológico, la DIAN tiene en el momento 48 empresas calificadas para ello cuya lista está en la página de la DIAN, y tres, la administración de impuestos va a desarrollar un software gratuito para que aquellas compañías muy pequeñas, cuyo número de facturas es pequeño, tengan acceso y puedan emitir su facturación eliminado costos.
 
¿La encuesta que BDO realizó al respecto, qué resultados arrojó?
Según la DIAN en este primer grupo 4900 grandes contribuyentes deben tener implementada la facturación electrónica este año, de ellos solo 500 han empezado a hacerlo. Aún hay un vacío muy grande frente a las 4900 de este año y mucho mayor con relación a las 450.000 que deben iniciar el 1o. de enero. Por lo menos los grandes contribuyentes, ya están muy colgados en cuando al proceso.
 
¿Cuáles son las razones de esta baja implementación de la medida?
Hay desconocimiento de parte de las compañías y también ha influido el hecho que en este primer semestre estas empresas están cerrado todas sus estados financieros del año anterior y sus declaraciones de rentas, para empezar a hacer su proceso. En las respuestas que nos dieron, sentimos incertidumbre en cuanto a que la DIAN tenga la capacidad tecnológica para recibir toda la facturación electrónica. En el momento en que una compañía elabore una factura electrónica la debe enviar al cliente y una copia a la DIAN dentro de las 48 horas siguientes. La DIAN le dará como una especie de aprobación sólo desde el punto de vista técnico, es decir que cumpla con los requisitos exigidos por ellos y enviará una aprobación de eso para que la factura sea válida desde el punto de vista tecnológico.
 
 
 
¿Ese temor es justificado?
Cuando hicimos las encuestas había una gran preocupación en el personal financiero y contable de las compañías al pensar cómo la DIAN iba a recibir todas las facturas día a día y si su sistema tecnológico iba a poder hacerlo. Ahí hay un poco de inseguridad, pero no tiene que ver con las razón por la cual las compañías no han empezado. Las razones son porque aún hay desconocimiento y porque no les ha dado la importancia que el proceso tiene.
 
¿Al parecer este medida tiene mucho de fiscalista?
La razón por la cual la facturación electrónica se implementó es porque en países donde ya lo hicieron, como México y Chile, la evasión del IVA  se disminuyó hasta en un 50 %. Tomó esas experiencias y llegó a la facturación electrónica, sin embargo aunque ese fue el pensamiento de la DIAN, lo que nos hemos encontrado es que ésta significa muchas oportunidades para las compañías para disminuir costos, mejorar su organización financiera y darle rapidez a los negocios. Además genera una cultura digital, que responde a las tendencias del presente.
 
¿A partir de qué monto de la compra debe expedirse esta factura?
La compañía o persona obligada a facturar por ley debe hacerlo con todo, no hay un tope mínimo. 
 
¿Esto apunta a desaparecer las operaciones en efectivo?
Sí, tienden a desaparecer. Incluso si se ata este cambio de facturación electrónica con una norma que empezó a regir el 1o. de enero del 2018 donde las compañías que  venían haciendo sus pagos en efectivo tienen ahora limitaciones para hacerlo, dado que en un porcentaje comienzan a no ser deducibles en la declaración de renta. Ello lleva a que todas las operaciones se bancaricen.