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Nomofobia... estar pegado al celular - El Diario Del Otùn - Mayo 12 2016 - www.ciudadpereira.com

Fabián Henao Ocampo 

El que esté libre de pecado que lance la primera piedra; desde hace varios años vino a nuestras vidas el teléfono celular  y llegó para quedarse. Este maravilloso invento del hombre ha permitido que los seres humanos podamos comunicarnos en tiempo real estemos cerca o lejos. Pero como suele suceder con todas las cosas buenas de la vida existe la necesidad de regular su uso y medir sus grandes alcances. Las fotos, las publicaciones, las redes sociales, la música, los videos, los chistes, las reflexiones, las noticias,  todo es un gran aliciente para estar ahí conectado a toda hora. Es un mundo invisible que vive en nuestro propio mundo.   



La revista semana y otras publicaciones, le han dedicado cientos de páginas a una nueva tendencia que viene asociada a la facilidad de adquirir un teléfono celular, la nomofobia, es decir la adicción al teléfono celular. Actualmente se considera tan grave como otras adicciones porque el efecto emocional que tiene en las personas el no poder comunicarse o no estar disponible, hace que se valore el celular como una necesidad básica, igualándolo por ejemplo, a la alimentación. La persona que no puede comunicarse llega al punto de angustiarse y deprimirse por estar desconectado.



Los adictos al celular se caracterizan por llegar rápidamente a estados de ansiedad al estar “incomunicados”.  Son personas que están siempre manipulando el dispositivo móvil, inclusive aunque no estén esperando una llamada ni un mensaje; lo revisan en promedio cada 5 minutos por si algo para estar disponibles todo el tiempo; de ahí la angustia cuando no hay señal o se descarga la batería.  Estar siempre en contacto con los demás, es una forma de enfrentar el aislamiento, la soledad y la necesidad de sentirse parte del mundo.



 Los celu dependientes hacen uso de su celular en cualquier parte sin importar la ocasión; no respetan las  reuniones; pueden utilizar el celular en la iglesia, en las fiestas, mientras comen, antes de dormir, e inclusive en el baño;  y si no pueden utilizarlo les da mal genio y estrés.



 Diversos estudios han intentado demostrar que el uso excesivo de celulares influye en la calidad del sueño y  que las radiaciones de estos aparatos pueden afectar de forma positiva la propensión a sufrir ciertas enfermedades complicadas como el cáncer. Existen casos extremos en los que las personas se enferman presentando palpitaciones, sudoración, ardor en el estómago y dolor de cabeza al no poderse conectar.



Lo cierto es que todos, estamos metidos en esta nueva moda; los niños, los jóvenes, los adultos y los ancianos; a estas alturas de la vida es casi impensable que una persona no tenga celular. Y como si fuera poco, se espera la llegada del celular más económico del mercado cuyo costo no superará los diez mil pesos; de esta manera los enfermos de “nomofobia” aumentarán por cantidades alarmantes.