A las 6:00 de la mañana de ayer el hoy occiso, de 58 años de edad, trotaba como de costumbre en el sector mencionado, cuando su corazón se detuvo de manera inesperada y el deportista se desplomó aparatosamente a tan solo dos cuadras de su residencia. Los pocos testigos del hechos avisaron a sus familiares.
Minutos antes su cónyuge, Luz Marina Ocampo, quien lo esperaba en casa, comenzó a preocuparse a medida que los minutos pasaban y su esposo no llegaba. Cuando se dispuso a buscarlo, un vecino del sector le avisó del hecho, pues yacía en medio de la calle aparentemente sin signos vitales.
De inmediato se dio aviso a las autoridades, y al lugar llegaron agentes de la Sijín para corroborar la situación y por ende proceder con el levantamiento del cadáver. La escena del deceso tuvo que ser acordonada porque los curiosos comenzaron a hacer presencia en el sitio.
En medio del dolor por la pérdida de su ser querido, los allegado lamentaron la muerte y se mostraron sorprendidos porque la víctima era un hombre sin problemas médicos. Sin embargo, su deceso natural lo relacionaron con la genética familiar ya que en el pasado los infartos cobraron la vida de dos victimas más.
Su vida
El difunto dejó un hijo de 20 años llamado Uriel López Ocampo, quien es soldado en el Batallón de Chinchiná (Caldas). Vivía en la manzana 19 casa 7 del barrio donde ocurrieron los hechos, junto a a su compañera sentimental desde hace 31 años
