Esquivar carros y motos, como si se tratara de una corraleja, es común para muchos ciudadanos que prefieren arriesgarse en la carretera que utilizar los puentes peatonales.
Estructuras que se erigen sobre algunas calles o avenidas de la ciudad con el fin de darle una opción segura a los peatones que se ven obligados a cruzar al otro lado de la acera, son las que se pueden apreciar en la Avenida Sur, a la altura de la Universidad Católica, Avenida Belalcázar, el sector El Crucero de Dosquebradas o después del viaducto, entre otras.
Se trata de los bien conocidos pero poco utilizados puentes peatonales, que a pesar de que tienen una función fundamental como la de servir al peatón para acabar con el riesgo de ser atropellado en una avenida de alto flujo vehicular, no son precisamente la opción de muchos ciudadanos a la hora de pasar la calle.
De esta manera esquivar carros o motos, como si se tratara de una corraleja, es una aventura diaria para los habitantes que consideran que es más rápido esperar a que los vehículos den un espacio en la avenida, que subir las escaleras o la rampa de los puentes peatonales para evitarse un susto o un accidente. Igualmente las quejas con relación a que estos puentes son sitios donde la delincuencia hace de las suyas es común entre los ciudadanos, que desconfían de está alternativa para solucionar la problemática en la que los peatones resultan arrollados.
Otra situación diferente se vive en vías como la Sur a la altura de Unicentro y la Ferrocarril en Dosquebradas, donde urge un puente peatonal que le permita a los ciudadanos dejar de arriesgar su vida por pasar al otro lado de la carretera que se caracteriza por la alta velocidad que utilizan los conductores. Para los ciudadanos que diariamente deben cruzar estas peligrosas avenidas los días cuentan para que las autoridades correspondientes pongan fin a una aventura obligada y común: Pasar al otro lado de la calle.
Inseguridad
No solo el desconocimiento de algunos ciudadanos de la importancia del uso de los puentes peatonales se suma a los motivos por el que estas estructuras son abandonadas y terminan la mayoría del tiempo en la soledad, también la delincuencia influye para que muchos habitantes prefieran medirse a las avenidas que tomar el camino que aparentemente es más seguro.
De esta manera no solo se debe crear campañas educativas para el uso de puentes peatonales, sino también proteger los mismos de los amigos de lo ajeno, que sobre todo acechan en las noches.