
Este fenómeno, de acuerdo al ente investigador, tiene varios causales entre los que se cuenta una mayor diversificación del trabajo y una liberalidad para ejercer trabajos que antes se consideraban exclusivos para los hombres.
Julio César Grajales, vendedor ambulante desde hace 30 años y presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes del Área Metropolitana, consideró a la falta de oportunidades de empleo y posibilidades como el principal causante de que las mujeres hoy deban salir a las calles para poder proveer para sus respectivos hogares, algunas veces para subsistir y otras (en el mejor de los casos), para mejorar sus ingresos, esto sólo en la medida que algún otro miembro de la familia también labore y aporte económicamente.
Sin embargo se ha visto un incremento de mujeres cabeza de familia que han tenido que salir con sus hijos menores de 5 años a trabajar, si bien los niños están al cuidado de sus progenitoras deben lidiar desde cortas edades con la hostilidad de la calle.
“Eso ya es evidente, por ejemplo, antes era menos común ver mujeres vendiendo en las calles, hoy día es habitual verlas en cualquier cuadra de la ciudad o el país con sus niños, a veces amamantándolos,” asegura el dirigente.
Supervivencia
De acuerdo al controversial informe la alta cantidad de mujeres no es consecuencia del crecimiento demográfico, son los factores económicos y en algunos casos de supervivencia los que llevan a esta situación. La apertura de nuevos centros comerciales es según el informe otro causal del aumento del comercio informal en la calles.
En fin de año
De acuerdo al Presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Risaralda, para esta temporada el incremento de la economía informal para esta fecha puede llegar al 100 % “eso significa que si por ejemplo hay 3500 vendedores ambulantes en el centro de Pereira, la suma para fin de año llega a superar los 6000,” afirma Grajales, quien además evaluó las políticas de la actual administración local como poco efectivas ya que según su concepto, no se trata de darle dinero a la gente para crear empresas, sino de buscar alternativas, entre ellas la de encontrar lugares comunes donde los vendedores ambulantes puedan interactuar pacíficamente con la ciudadanía, por ejemplo, locales comerciales donde ubicarse dignamente.
Clasificación
• El estudio le da una clasificación especial a los vendedores ambulantes, unos son los del rebusque, es decir, hombres y mujeres que deben trabajar para poder sobrevivir y normalmente son de estrato 0 y 1, en este grupo se cuentan los chanceros, loteros y vendedores de helados. La segunda categoría es la de los vendedores de estratos 1, 2 y 3 quienes normalmente no han encontrado formas de empleo y deben salir a las calles para poderle proveer a sus familias. “Somos visibles, no se puede evadir la realidad y mientras no se brinden condiciones de empleo adecuadas y dignas, ahí seguiremos en las calles buscando cómo sobrevivir y darle de comer a nuestros hijos”, puntualizó el dirigente de la asociación.