Tenis de diferentes tallas, marcas y diseños hacen parte de la variada oferta en calzado que suelen verse exhibido en el cableado de la energía en los barrios y calles de la ciudad, los que además de servir para prestar el importante servicio, se han vuelto el sitio favorito de algunos habitantes para desechar los zapatos viejos.
Para una parte de la población es costumbre o por lo menos es lo que se evidencia, tirar los zapatos inservibles, desgastados por el tiempo en un lugar alternativo a la basura, como lo son los cables que llevan energía a los hogares pereiranos, en donde cuelgan numerosos pares de calzado viejos, de diferentes tallas, y marcas, como haciendo parte de una variada exhibición, que en vez de embellecer las calles, pone en riesgo un servicio tan elemental como el de la luz eléctrica.
En los escenarios deportivos de los barrios aumenta la oferta de zapatos viejos, pues son estos lugares donde en la mayoría de los casos, jóvenes y adultos deciden darle fin a sus tenis, claro está, luego de una faena deportiva, de la que el calzado no logra sobrevivir.
El procedimiento es sencillo unen el par de zapatos entrelazando los cordones con un nudo, ubican el cable, lazan con fuerza, en este caso los tenis destrozados por el micro fútbol , y luego los tiran hasta que logran enredarse con las líneas de trasmisión de energía, en donde el calzado se queda para ser un adorno desagradable, que comienza acumularse como toda una colección, como en algunos sectores como Rocío Alto, Naranjitos, Nacederos, Leningrado II, Samaria I, entre otros,donde no hay espacio para tanto zapato.
Aunque la riqueza cultural de un pueblo, se expresa a través de costumbres y comportamientos particulares, diferentes a el de otras regiones, no todos los hábitos que hacen vida en la ciudad , son precisamente adecuados a la hora de preservar y cuidar los recursos, como es el caso de los zapatos colgados en los cables, que para algunos habitantes desecharlos de esa manera es toda una tradición.