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La tierra se “tragó” a dos jóvenes

Hoy se cumple un año de la desaparición de Paola Andrea Zapata Gallo, de 16 años de edad, una joven quien salió de su casa a las 6:00 de la mañana del 19 de noviembre del año 2010 y jamás regresó.

Desde entonces su padre Ramiro Zapata no ha perdido nunca la fe de poder encontrarla, llegando al punto de emprender su propia búsqueda en una motocicleta la cual lo ha llevado a varios municipios de Risaralda, Caldas y Valle, en busca de pistas que lo lleven a dar con su paradero.

La menor quien para la época tenía 15 años de edad, fue vista por última vez el día de su desaparición cuando salía de su casa ubicada en el sector Hacienda Llano Grande, del barrio Parque Industrial, para ir a su colegio.

Zapata Gallo vestía una camiseta blanca con el logo de la institución educativa donde estudiaba, sudadera de color azul y tenis de color blanco; según Ramiro su hija solo llevaba consigo su celular, un mp3, un reloj metálico de color amarillo y un morral.

A tan solo días de la desaparición de la menor, los familiares recibieron algunas llamadas las cuales anunciaban que Paola se encontraba bien, y la última pista que recibió el progenitor sobre el paradero de su hija fue hace tres meses, cuando un desconocido a bordo de una moto le dijo que la buscara en el Pital de Combia.

A pesar de que Ramiro se movilizó hasta el sector, su búsqueda fue infructuosa.

Con el paso de los meses los familiares de Zapata Gallo hallaron debajo del colchón de la cama de la menor, una carta escrita por la misma, la cual tiene fecha de junio del año 2010, en la cual en tono de despedida habla a cada uno de los integrantes de su familia y sus amigos y la desaparición se presentó varios meses después.

Según las primeras investigaciones basadas en los testimonios de los familiares de Paola, menor de tres hermanas, era una adolescente callada y tranquila a la cual le gustaba estar conectada a las redes sociales.

Mientras que el grupo de trabajo de desaparecidos del CTI continúa buscando pistas para dar con el paradero de la menor, a veces sus esfuerzos se ven frustrados, ya que esta no dejó huella alguna que pudiera darles un indicio que les permitiera establecer los hechos. 

Otro caso 
Juan Guillermo Reyes Herrera tenía 18 años y desapareció a las 3:30 de la tarde del 2 de abril del año 2009, en la ciudad de Pereira, cuando salió de la casa de un familiar.

Según la progenitora de Reyes, Luz Delia Herrera Agudelo, el día de la desaparición de su hijo le había pedido que le hiciera unas diligencias en el centro de la ciudad, y fue entonces cuando el joven pasó antes a saludar a uno de sus primos.

Reyes Herrera de igual forma no dejó huella alguna que pudiera dar pistas a las autoridades sobre su paradero.

La madre de Juan Guillermo asegura que era un joven callado y muy casero.

Luz Delia expresó que a su hijo le  gustaba chatear, y que solo llegó a conocerle un amigo de avanzada edad, pero quien según su testimonio no tiene conocimiento sobre la ubicación de Reyes Herrera. 

Importante 
No hay que esperar 72 horas para hacer el reporte sobre una persona desaparecida, así lo asegura la oficina desaparecidos de CTI, ya que una persona puede considerarse desaparecida cuando la misma se salta el conducto regular de sus acciones, haciendo que sus seres queridos sospechen que le pudo ocurrir algo.