Este sábado, en El Campín, se vivió una noche de poco fútbol, con escasas emociones, con tribunas semivacías, con un frío intenso y pertinaz, y sobre todo, con una afición desconcertada, tras un cero a cero opaco y deslucido, entre Santa Fe y Pereira.
El primer tiempo se hizo eterno y pareció durar más de los 47 minutos que pitó el central Héctor Fabio Parra: fue aburrido y con contadas oportunidades de gol. De hecho, pasaron 19 minutos para que El Campín tuviera su primera vibración: Sergio Galván lanzó un balón al área, de esos que buscan estrellarse en una pierna, y fue la de Omar Pérez la que disparó, pero desviado.
Esa opción, y una de Pereira en un tiro libre de Julián Barahona, que hizo volar al arquero Camilo Vargas para impedir el gol, fueron los mejores momentos, antes del descanso.
Sin embargo, un cambio de actitud tuvo Santa Fe para la parte final. Salió decidido a buscar el triunfo y en solo cuatro minutos Sergio Galván lanzó un remate que desvió el arquero Róbinson Zapata. De ahí en adelante vinieron los intentos de Oscar Rodas, del propio Galván, de Jonathan Copete, pero el balón no entraba al arco y Zapata se hacía figura.
Pero, tal como comenzó el juego, el fútbol decayó, Santa Fe se diluyo en intentos fallidos, y a diferencia del primer tiempo, el segundo se pasó volando, ante la angustia de los aficionados.
Pereira, sacando restos físicos, tuvo como definir el juego, sobre todo en una oportunidad de Germán Cano que silenció el escenario. Al final, el empate sin goles fue el reflejo de una noche de poco fútbol y que dejó a la afición desconcertada.
Pablo Romero
Redacción Deportes
EL TIEMPO
