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Por fin el Palacio Nacional -El Diario del Otún - Agosto 4 2011



Hace unos días los medios de comunicación anunciaron la reiniciación, luego de por lo menos seis meses de estar suspendidos, de los trabajos de recuperación y restauración del tradicional Palacio Nacional. Esta parece ser, según los encargados de la obra, la tercera y última etapa del proyecto de rehabilitación emprendido por el Ministerio de la Protección Social, entidad encargada por el Gobierno para rescatar y poner en servicio la vieja edificación, y el Municipio de Pereira.

Con esto solo quedarían faltando los acabados, las instalaciones eléctricas y las redes de comunicación de las áreas privadas que no hacen parte del contrato de recuperación  del edificio y que les corresponderá hacerlas a cada entidad o dependencia que vaya a ocupar las nuevas oficinas.

Claro que es una excelente noticia para la ciudad que después de doce años de permanecer aquella edificación como un bien que amenazaba ruina y como una dolorosa mácula para Pereira, vaya a ser posible volver a abrirle sus puertas y serle nuevamente útil a los pereiranos, especialmente si se tiene en cuenta que se pudo conservar su fachada y su armazón que fueron declarados patrimonio arquitectónico de la región.
El Palacio Nacional fue construido a mediados del siglo pasado y sirvió como sede de la justicia y de algunas otras entidades nacionales, hasta que el violento terremoto de 1999 lo dejó inhabitable e inservible y hubo que desalojarlo mientras se reparaba y ponía en condiciones nuevamente de ocuparlo.

Lamentablemente el Forec nunca lo incluyó realmente en los costos de reconstrucción de la ciudad y el municipio no tuvo los recursos necesarios para emprender su rehabilitación. Además, la Nación jamás tuvo el interés real de recuperarlo. Por eso, terminó convertido en el peor lunar de Pereira y, sobre todo, en algo que amenazaba con quedarse así por muchos años.

Por eso, celebramos que por fin se vayan a terminar las obras de reconstrucción y rehabilitación de la vieja edificación y otra vez sus pisos queden listos para albergar las dependencias que se le asignen, y la calle 19 recupere el aspecto y la vitalidad que perdió desde aquel infortunado suceso que afectó gravemente la ciudad y la región hace algo más de una década.